demasiado cansada para pensar un título
Quizá el pasar de nuevo por aquí sea sólo una excusa para volver a las redes.
Me he desactivado instagram. Es la segunda vez que lo hago en mi vida, pero esta vez he durado más (escribo esto con ig aún desactivado por lo que no puedo especificar cuánto más). Sin ahondar mucho en las razones creo que todo podría reducirse a un único concepto: el colapso.
Lo cierto es que me ha sentado (me está sentando ahhh!) genial. De repente es para mí un alivio no saber qué hace la gente, no ver sus fotos. Me encuentro leyendo una frase de un libro y siento el impulso de subirla, pero ah, no, no, no puedo. He empezado a ir al gimnasio y surge en mí la necesidad de decirle al mundo de manera irónica que a mis 30 años he pisado estas instalaciones por primera vez, al tiempo que aprovecho para mostrar mi culo en shorts push ups y recibir respuestas de los mismos tíos de siempre. Pero no no no.
Siempre que hablo de estos temas, es decir, siempre que digo que estoy llevando genial una situación provocada por el desquicie absoluto me acuerdo de este párrafo de un libro del que, en mi opinión, debería haberse hablado mucho más: Poco se habla de esto (xd) de Patricia Lockwood, editado por Alpha Decay.
En realidad lo que quiero decir es que estoy cansada. Agotada, exhausta. La vida me ha pasado por delante y eso que no tengo una vida muy ocupada. No voy a grandes eventos, ni la gente requiere mi presencia en sitios. Voy tres días a la semana a la oficina, me acabo de apuntar al gimnasio y eso es suficiente para dejarme k.o a las 9 de la noche. Se me acumulan los mensajes en whatsapp que contesto tarde y mal, no me concentro en las lecturas últimamente y quedar con mis amigues más allá de los límites de mi barrio (en mi defensa vivo en Lisboa en uno de los barrios más altos, lo que significa que tengo que subir cuestas) es una razón más que justificada para cancelar un plan.
Pero yo quiero hacer cosas, quiero leer libros, quiero salir de fiesta con mis amigues y disfrutar de la primavera y de las terrazas, tener citas y ser chispeante. Se supone que estoy en los mejores años de mi vida (y de mis tetas y de mi culo) y no tengo energía para disfrutar eso.
Llegarán tiempos mejores, de eso estoy segura, este cansancio en el que nos movemos es insostenible a medio y largo plazo y la gente, como dijo una conocida chilena, ya está chata de estar chata. Nunca está de más recordar que el horizonte debe ser una vida que merezca la pena ser vivida para todes, no sólo para los de siempre, con el menor trabajo posible.
En torno al cansancio, estos días he estado leyendo algunas cosas interesantes que os dejo por aquí:
Este artículo de Ignacio Pato en el diario.es sobre agotamiento, trabajo y neoliberalismo.
Esta carta preciosa de Beatriz Serrano, despúes de mucho tiempo sin escribir en su newsletter, atropellada por la vida.
Cuando esto salga faltarán pocos días para el 1 de mayo. Siempre comparto este post de instagram de Anna Pacheco en colaboración con cuellilargo.
Por último, una canción que a mí siempre me consuela y me calma. El final, “I'll love the littler things”, es a lo que aspiro ahora.